martes, 15 de junio de 2010

El Tango Se Pone Ricotero

La nueva generación tanguera sorprende con versiones de temas de los Redondos y se inspira en sus canciones y estética; opina Indio Solari.


"Sos el as del Club París, as, lo tuyo no es el rock, cierran los bares por donde vas/tu breto y tus ojos grises (...)". No es una brumosa letra de tango la que resuena en el dial de FM Tango. Se trata de la emblemática canción-himno "Blues de la artillería", de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota que se cuela en el playlist tanguero -entre clásicos como "Naranjo en flor" de Homero Expósito o "Cambalache" de Discépolo- gracias a una versión con la rítmica, la polenta y la sonoridad de una orquesta típica. El cover incluido en el disco debut de La Vidú (una agrupación de veinteañeros) destila actitud rock con el color musical de fueyes y violines que subrayan el paisaje urbano que imaginó el Indio Solari allá por los inicios de los noventa.
"Yo era fanático de los Redondos y ése era uno de los temas que tocaba de pibe en la viola. Todavía no sabía que iba a tener una orquesta. Un día, pensando en arreglos de clásicos para La Vidú, me acordé de «Blues de la artillería». Siempre me pareció que los Redondos tenían una cosa tanguera en sus letras", lanza Gabriel Bartolomei, el joven director de la orquesta que convirtió esta adaptación en 2x4 del tema ricotero en el caballito de batalla de sus conciertos en milongas tradicionales, como La Ideal.
La Vidú no es el único caso. El sentimiento ricotero aparece como irresistible pulso generacional en la nueva escena del tango. El mismo Indio Solari se muestra cómplice, y sostiene: "Pienso que muchas de mis letras se podrían hacer tangueras con mucha tranquilidad". La frase resuena como un llamado profético en medio de la jungla de cemento. Orquestas, cantores y letristas se lanzaron a versionar temas de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (oficialmente o en la clandestinidad de los ensayos) y a generar una producción con letras nuevas que remiten a frases leit motiv o escenografías que podrían haber sido creadas por el Indio Solari ("Pinche caín", de Agua Pesada, o "Bombay Bs. As.", de 34 Puñaladas). Hasta las orquestas típicas devuelven ese guiño generacional a la banda más popular del rock argentino, al bautizar a sus grupos con nombres de canciones, como la orquesta Ciudad Baigón.
"Creo que hay necesidad de tender un puente entre la música que uno escuchó mientras crecía y la que está eligiendo como género para expresarse", explica la pianista y arregladora Elbi Olalla, de Altertango, grupo mendocino que incluyó en sus discos temas de la dupla Solari y Skay Beilinson. "Cuando tocamos en clave tanguera «Rock yugular» o «El tesoro de los inocentes», algo se reconcilia dentro nuestro: se unen de manera natural nuestra historia personal y la historia de nuestros tangos. Los Redondos nos marcaron tanto como «el Polaco» Goyeneche y Pugliese."
El "tango ricotero" es una nueva criatura sónica (sintetizada en la ilustración de Sábat tributo al arte de Rocambole) que asoma en el panorama de la música ciudadana ofreciendo las coordenadas para entender la movida actual. Ya no se trata de colaboraciones amigables como la de Melingo y Skay en el disco Maldito t ango (2008), sino de grupos y formaciones que agitan otra estética urbana recuperando el espíritu under del rock de los 80. Así como antes las nuevas camadas se simbiotizaban con el sonido Piazzolla, el formato cooperativo de las orquestas típicas, el gesto lunfardo de las guitarras criollas o los coqueteos con las programaciones electrónicas, hoy aparece un link directo hacia la cultura ricotera. Vamos las bandas
Los grupos de la escena actual asumen el imaginario ricotero como un grito generacional, representativo de un tango y de una urbe contaminada. En algunos casos, como la orquesta Agua Pesada, el tributo es explícito. "Si vos escuchás nuestro tema «La Noche», ves que está deliberadamente escrito sobre los acordes de «Jijiji» y hasta el solo de bandoneón frasea el emblemático solo de Skay. Para nosotros hay un nexo muy fuerte entre el tango y el rock de los Redondos. La estética de sus letras, con esos personajes que recuerdan a los de Roberto Arlt y su atmósfera suburbana, es muy fuerte. Nosotros los escuchamos a ellos y terminamos armando una orquesta como si fuera una banda de rock, con una forma de trabajo independiente, sin tener esa cosa del vestuario tanguero y haciendo la nuestra", dispara el contrabajista Oscar Pittana, de Agua Pesada, que trabajó en un proyecto de covers ricoteros que aún está latente.
Las letras inspiradas en ese universo de densa urbanidad y jerga lunfarda se transformaron en materia prima para un tango crudo, oscuro y carnal. "Para mí la influencia tanguera en las letras del Indio Solari no sólo es perceptible en la utilización de términos provenientes del lunfardo más profundo ("Fiolos Pipiolos"), sino que se manifiesta también en la manera de referirse metafóricamente a la ciudad y a sus especímenes justo como en los tangos", analiza Alejandro Guyot, cantor y autor de las letras de 34 Puñaladas.
Para Guyot la influencia ricotera en los nuevos caminos de producción de tangos inéditos es directa. "Nuestro último disco, Bombay Bs. As., habla justamente de una ciudad que se parece a un gran hormiguero, a una urbe de pesadillescos paisajes posindustriales y que fue moldeada muy concretamente por la dictadura, el menemismo y la crisis de 2001 y que, paradójicamente, tiene más similitudes con los paisajes y las atmósferas insinuadas en muchas de las canciones del Indio. Quizá, hasta podríamos decir que tomamos de las escenografías de sus canciones un cierto aroma poético para reformularlo en clave tanguera."
La jerga ricotera que quedó presa en la ciudad atravesó la efervescente decadencia de los noventa y sobrevive en el espíritu barrial de estos jóvenes tangueros. "Hay muchísimas cosas del tango actual que están dando vuelta y tienen influencia ricotera. La diferencia es que ahora hay una retroalimentación. El rock fue influenciado por el tango, y el tango fue influenciado por el rock. Me parece que con el caso de los Redondos se dio algo particular porque es una de las expresiones con más vuelo, y sus letras, el imaginario, la impronta, la identidad y el tipo de humor están más cercanos a nosotros. Ahí aparece esa relación entre los que elegimos el tango como expresión y esa relación por ósmosis con los Redondos, que va más allá de los géneros. Hay una cuestión generacional, social y hasta política que nos une", dice Julián Peralta de la orquesta Astillero, con temas perceptiblemente ricoteros como "Capataz".
Embanderados en su actitud under y delineados por la estética rocambolesca, muchas de estas bandas de tango refieren al universo redondo a través del arte de tapa de sus discos. "Nosotros tomamos muchas cosas de los Redondos porque crecimos con ellos, así como crecimos escuchando a Pugliese -apunta Hernán Cabrera, director de la orquesta Ciudad Baigón-. El nombre de la orquesta lo sacamos de un tema del Indio, porque nos gustaba la imagen de una ciudad un poco sucia y contaminada, que simboliza lo que queremos decir en el tango. Por eso, nos gusta el pulso marcado de una orquesta que puede evocar al ritmo pesado de una banda de rock. También trabajamos con un diseñador propio, como los Redondos, que tenían a Rocambole para el arte de sus discos y de sus shows."
La continuidad de esa poética suburbana que dejaron los Redondos no sólo se desparramó en el rock del rico Luna Park, sino que ventiló a la escena tanguera actual. "Creo que la pulsión general de los Redondos es muy tanguera. De alguna manera, sus canciones que podrían estar en cualquier agrupación tanguera sirvieron, junto con otros compositores o grupos, para crear un espíritu que luego iba a devenir en esta generación tanguera a la que pertenecemos", sintetiza Elbi Olalla.
El cantante y poeta Guyot aprieta el acelerador y va más allá en su manifiesto under tango. "Hoy en día se podría decir que el tango independiente ocupa un lugar muy similar al que supo ocupar en su momento el rock en los 80, con el agravante de tener que padecer las consecuencias nefastas del post-Cromagnon. Creo que las bandas de tango independiente recuperan mucho del espíritu de independencia y de irreverencia que embanderaba al rock en esa década. Creo que los vástagos más genuinos del imaginario ricotero no son esa especie de grupos homenaje de los Redondos que existen hoy en día. En realidad, somos nosotros, los tangueros «bastardos», que a fuerza de «ninguneos» de parte de algunos tangueros mayores que nosotros [con muchas y honrosas excepciones], nos hicimos más tangueros que ellos mismos y también más desprejuiciados, más osados e independientes."

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